lunes, 8 de febrero de 2010

La crisis de 1917

12.- La crisis de 1917
Aspectos económicos, sociales, políticos y militares
El mal reparto social de los beneficios del boom económico y la creciente inflación llevaron al estallido social y una profunda y compleja crisis en 1917. En ella podemos distinguir diversos aspectos:
En 1917 se produce una crisis en Europa (revolución rusa) y en España (gran crisis del la Restauración) consecuencia de tres desafíos diferentes y consecutivos que se suceden en los meses de junio, julio y agosto. Revelan la debilidad del régimen.
1- La crisis militar: Las Juntas de defensa (junio, 1917)
Malestar en el ejército consecuencia de su incapacidad, la escasez de presupuesto y la falta de expectativas de ascenso. En este contexto la decisión del gobierno de favorecer a los militares destinados en Marruecos provocó la reacción de los oficiales destinados en la península que se empiezan a organizar en Juntas de defensa para defender sus reivindicaciones.
Inicialmente el movimiento de las Juntas fue tolerado, hasta que en 1917 (fortalecidas por el gran número de oficiales adscritos) sus reivindicaciones comienzan a adoptar un tono de exigencia.
Cuando por orden del gobierno se disuelve la Junta de Barcelona y se arresta a sus miembros se produce un movimiento de solidaridad en todo el ejército: manifiesto del 1 de junio (ultimátum al gobierno para aceptar sus reivindicaciones) y del 25, en el que piden la regeneración de la vida política y un gobierno de concentración.
2.- La crisis política: La Asamblea de Parlamentarios (julio, 1917)
Está provocada por el cierre de las Cortes. Los partidos de la oposición reclaman su reapertura. La Lliga convocó a los parlamentarios catalanes para tomar medidas conjuntas. De esta reunión salió el acuerdo de convocar una Asamblea nacional de Parlamentarios para promover la reforma de la vida política.
El 19 de julio 69 diputados y senadores de todo el país se reunieron en Barcelona en medio de un fuerte respaldo popular. De la reunión salió el acuerdo de pedir un cambio de gobierno y la convocatoria de Cortes Constituyentes, así como de crear tres comisiones para estudiar los cambios necesarios (constitucional; defensa, enseñanza y justicia, economía y sociedad).
Los parlamentarios fueron detenidos, aunque rapidamente puestos en libertad.
3.- La crisis social: la Huelga General (agosto, 1917)
Durante el año 1917, especialmente en el verano, se produce una amplia conflictividad en toda España, especialmente en Barcelona y Bilbao, por motivos laborales y políticos (salario, jornada, cambios políticos). Entre las organizaciones obreras se cree cada vez más en la fuerza como instrumento de cambios.
El PSOE y la UGT preparan una huelga general y establecen contactos con la CNT. En este contexto se producen los incidentes de Valencia (huelga de ferroviarios, huelga general de la ciudad, Estado de sitio). Los despidos con represalia por la huelga serán el desencadenante de la huelga general (día 13) a la que se ven arrastrados las direcciones del PSOE y de la UGT, aunque consideran que aún no están preparados.
La huelga tuvo un seguimiento muy importante en las ciudades y zonas industriales del país, especialmente en Asturias, Bilbao y Madrid (los núcleos socialistas) y mucho mas tibio en Barcelona y entre los campesinos.
La respuesta del gobierno fue durísima. Sacó las tropas a la calle y provocó enfrentamientos con los huelguistas (que intentaron evitarlo y no utilizaron el armamento preparado), dejando un importante saldo de muertos y heridos (200 muertos).
El día 20 los sindicatos empezaron a desconvocar a los trabajadores y poco a poco la normalidad fue restableciéndose, con la excepción de Vizcaya y, especialmente, de Asturias donde el conflicto de prolongó dos semanas más y adquirió especial dureza por ambas partes (“bando de las alimañas/actuación minera).
La represión fue muy dura: mas de 2.000 detenidos, los miembros del “comité de huelga” fueron condenados a muerte, aunque se les conmutó la pena por la de cadena perpetua.
A pesar de la derrota la huelga demostró la capacidad de movilización de los obreros que fueron vencidos más por la falta de dirección, el abandono de anarquistas y burguesía reformista y la escasa participación del campo, que por la acción del gobierno.
La huelga provocó un giro espectacular en el movimiento juntista: ante la amenaza al orden social los oficiales reaccionaron apoyando al gobierno y abandonando toda veleidad reformista

Constitución de 1931

 Constitución de 1931

“Art. 1. España es una República democrática de trabajadores de toda clase, que se organiza en régimen de Libertad y de Justicia.
Los poderes de todos sus órganos emanan del pueblo.
La República constituye un Estado integral, compatible con la autonomía de los Municipios y las Regiones […].
Art. 3. El Estado español no tiene religión oficial.
Art. 11. Si una o varias provincias, con características históricas, culturales y económicas comunes, acordaran organizarse en región autónoma para formar un núcleo político-administrativo dentro del Estado español, presentarán su Estatuto con arreglo a lo establecido en el artículo 12.
Art. 27. La libertad de conciencia y el derecho a profesar y practicar libremente cualquier religión quedan garantizados en todo el territorio español […].
Art. 39. Los españoles podrán asociarse o sindicarse libremente […].
Art. 51. La potestad legislativa reside en el pueblo, que la ejerce por medio de las Cortes o Congreso de los Diputados.
Art. 52. El Congreso de los Diputados se compone de los representantes elegidos por sufragio universal, igual, directo y secreto”.
Madrid, 9 de diciembre de 1931

Manifiesto del general Miguel Primo de Rivera

Manifiesto del general Miguel Primo de Rivera

“Al país y al ejército españoles:
Ha llegado para nosotros el momento más temido que esperado (porque hubiéramos querido vivir siempre en la legalidad y que ella rigiera sin interrupción la vida española) de recoger las ansias, de atender el clamoroso requerimiento de cuantos amando a la Patria no ven para ella otra solución que libertarla de los profesionales de la política, de los que por una u otra razón nos ofrecen el cuadro de desdichas e inmoralidades que empezaron en el año 98 y amenazan a España con un próximo fin trágico y deshonroso […]. No tenemos que justificar nuestro acto, que el pueblo sano demanda e impone […]. En virtud de la confianza y mandato que en mí han depositado, se constituirá en Madrid un Directorio Militar con carácter provisional encargado de mantener el orden público […]. No somos imperialistas, ni creemos pendiente de un terco empeño en Marruecos el honor del ejército […]. Para esto, y cuando el ejército haya cumplido las órdenes recibidas […] buscaremos al problema de Marruecos solución pronta, digna y sensata […]. La responsabilidad colectiva de los partidos políticos la sancionaremos con este apartamiento total a que los condenamos”.
La Vanguardia, Barcelona, 13 de septiembre de 1923

Manifiesto fundacional del Partido Socialista Obrero Español

Manifiesto fundacional del Partido Socialista Obrero Español

“Considerando que esta sociedad es injusta porque divide a sus miembros en dos clases desiguales y antagónicas: una, la burguesía, que poseyendo los instrumentos de trabajo es la clase dominante; otra, el proletariado, que no poseyendo más que su fuerza vital es la clase dominada.
Que la sujeción económica del proletariado es la causa primera de la esclavitud en todas sus formas: la miseria social, el envilecimiento intelectual y la dependencia política.
Que los privilegios de la burguesía están garantizados por el Poder Político del cual se vale para dominar al proletariado […].
El Partido Socialista tiene por aspiración:
Primero: La posesión del poder político por la clase trabajadora.
Segundo: La transformación de la propiedad individual o corporativa de los instrumentos de trabajo (la tierra, las minas, los transportes, las fábricas, etc.) en propiedad común de la sociedad entera […].
En suma, el ideal del Partido Socialista es la completa emancipación de la clase trabajadora. Es decir, la abolición de todas las clases sociales y su conversión en una solo de trabajadores libres e iguales, honrados e inteligentes […]
20 de julio de 1879

11. La evolución demográfica de España, 1800-1930

11. La evolución demográfica de España, 1800-1930
El crecimiento de la población y sus componentes
A lo largo del s. XIX , se produce un aumento de la población en los países europeos motivado por el descenso de la mortalidad, así como por las mejoras en la sanidad y en la higiene tanto personal como en las infraestructuras, a todo lo cual hay que añadir una mejora en la dieta alimenticia .
En el caso de España, la población española creció aunque de una forma más modesta respecto al volumen alcanzado por otros países europeos. Este lento crecimiento se debe al mantenimiento de altas tasas de mortalidad y a la persistencia de mortalidad catastrófica.
Además este crecimiento demográfico no fue uniforme. Diferenciamos 4 etapas:
- Finales de s. XVIII hasta 1820: período de estancamiento demográfico. En estos años se sufren crisis de subsistencia, la guerra de Independencia y guerra contra Francia. Malas cosechas, crisis de mortalidad provocada por el tifus (1794-1795). Aparición periódica de factores negativos que impiden el crecimiento
- 1820-1860: crecimiento: aunque se produce sin cambios en la modernización agrícola y sin Revolución Industrial (excepto Cataluña y País Vasco). Por ello no se verá libre de crisis de mortalidad por guerras, crisis de subsistencia (guerra carlista, cólera, etc.)
Tampoco se pudo evitar la aparición periódica de crisis de subsistencia.
Los dos factores que permiten este crecimiento serán el aumento de la extensión de la superficie cultivada, gracias a la introducción del consumo masivo de nuevos productos (maíz, patata), y porque entre 1830-1860 se elimina la salida de españoles a América.
Además los cambios que la revolución burguesa introdujo en los sistemas de explotación en el concepto de propiedad, abolición de diezmos, procesos de desamortización, estimularon la expansión del cultivo en España.
- 1860-1900 Estancamiento, fuertes pérdidas en la población. Progresivo descenso del ritmo de crecimiento de la población , sobre todo por el inicio de un gran éxodo hacia América que reflejo la incapacidad de los recursos económicos del país asentados sobre las bases agrarias del pasado (con excepciones como Cataluña) para sostener una acelerada expansión demográfica.
- 1900-1930 Crecimiento y comienzo de transición demográfica
La emigración interna y externa
Junto con el aumento de la población se intensifican sus desplazamientos en una doble dirección:
Del campo a la ciudad, especialmente a las grandes ciudades (Barcelona, Madrid, Valencia, Bilbao) que crecen aceleradamente en el ultimo cuarto del siglo (Barcelona dobla su población).
Emigración a Latinoamérica, especialmente hacia Argentina, sobre todo en los ultimos años del XIX y principios del XX.
Si bien España posee una tradición emigrante relacionada, sobre todo, con su presencia colonial en América desde fines del siglo XV, no va a ser hasta él ultimo tercio del siglo XIX cuando se desarrolle en nuestro país una corriente emigratoria hacia el exterior cuantitativamente importante. El desequilibrio existente en España entre una población en crecimiento y unos recursos todavía insuficientemente aprovechados, así como la atracción ejercida por una serie de territorios ultramarinos que inician su despegue económico, fueron, entre otros, los factores que estimulan y propician dicha emigración.
El continente americano, y especialmente algunas de las jóvenes republicas que surgen al socaire del proceso de emancipación respecto a España y Portugal (Argentina, Cuba, Brasil, etc.), así como en menor medida Francia y su por entonces colonia de Argelia, son los territorios que mayor numero de españoles acogen durante el ultimo tercio del siglo XIX y el primer tercio del siglo XX.
Como resultado de este proceso migratorio, en torno a 1920 casi un millón y medio de españoles residían en países de Latino América, mientras que en Francia su numero en esa fecha ronda los 250.000 y en Argelia los 135.000.
La crisis económica de 1929 provocó un descenso de la corriente migratoria de españoles hacia el exterior, incrementándose a su vez el número de retornos.