Empezando
por el principio, los efectos que produce el opio en el organismo comienzan con
cansancio, somnolencia en el momento inicial. Conforme crece el efecto, se
siente hormigueo y picores en todo el cuerpo. Es en este momento cuando si se
padecía dolor, este desaparece y aumenta la sensación táctil. Conforme se
continúa, los efectos narcóticos empiezan a aparecer y se sueña en duermevela,
junto con la presencia de alucinaciones y finalmente aparecen náuseas y
vómitos.
Vemos
cómo los efectos pueden fácilmente servir para evadirnos de la realidad a la
que tenemos que enfrentarnos buscando esa sensación donde no hay dolor. Los
testimonios de aquellos que lo han consumido dicen cosas como:
“No deseas moverte de donde estás; ni siquiera deseas pensar. Así es el
opio. La sensación es bastante similar. Si tienes hambre, olvidas que tienes
hambre. Si estás deprimido, tu depresión se transforma en una complacencia
tranquila. Después de tomar opio entras y sales de un ensueño. No te duermes,
pero de ninguna manera estás cabalmente despierto. Es como si estuvieras
suspendido en una suerte de "zona intermedia" entre el sueño y la
vigilia. Nada importa, y todo está bien.”
“El placer causado por el vino va siempre en ascenso y tiende a una
crisis, tras la cual desciende; el del opio, una vez generado, se mantiene
estacionario durante ocho o diez horas…”
Proviene
de una planta conocida como amapola blanca, la cual es realmente bonita y puede
llegar a medir más de medio metro. Pero es tras el tratamiento del látex o
exhudado de la misma que obtenemos el alcaloide que nos permitirá lograr esta
evasión y alegría.
Durante
los últimos meses, incluso podríamos decir que incluso años, la sociedad
española ha estado expuesta a una creciente tensión económica en el país cuyo
origen puede ser razón para futuras discusiones, pero que ha sumido a España en
una de las crisis económicas más grandes de los últimos tiempos. Familias que
se están quedando con todos los miembros en paro, dificultades para encontrar y
mantener un puesto laboral con las consecuentes:
1. Dificultades para traer ingresos a la familia para poder
vivir, pagar las facturas…
2. Impago de hipotecas y un número mayor de familias sin hogar
o techo bajo el que vivir.
3. Problemas sociales al tener el país una tasa de paro en
todas las edades laborales, muy por encima de los valores de problemas.
4. La imposibilidad de la gente de trabajar y de desarrollar
esa necesidad básica de Maslow de sentirse útil mediante el desarrollo de una
actividad profesional.
5 y un largo etcétera…
Para
poder sobrellevar esta situación y curiosamente desde que la crisis económica
internacional fue en aumento, las actividades opioides del pueblo han ido
aumentando. En la antigua Roma ya lo tenían claro, “pan y Circo” ante las
crisis y las revueltas no serán demasiadas ya que el pueblo estará ocupado con
algo y se olvidará de sus problemas.
Actualmente
algunos de los ejemplos de opio que se pueden encontrar en España son:
1.
Fútbol: curiosamente desde que comenzó la crisis
hay partidos de fútbol entre 3 y 5 dias a la semana, casi sin tiempo para
descansar entre uno y otro…y curiosamente siempre hay alguno de alto interés
2.
Motor: Las apuestas de las cadenas televisivas
por los deportes de motor como la F1 o las motos GP ha ido en aumento, las
cuales, curiosamente nunca coinciden en horario con los grandes partidos de
fútbol.
3.
Desastres naturales traídos a la luz: las
noticias de situaciones peores que las que estamos viviendo que de repente se
están vendiendo como si fueran algo que se acaba de descubrir, principalmente
en países Africanos, está en auge.
4.
Las creencias: la iglesia y las creencias han
cumplido y seguirán cumpliendo su función de sistema de control de la
población. La creencia en que todo lo que estamos pasando es por algo que
habremos hecho o porque lo tenemos que pasar para ser mejores han sido y siguen
siendo grandes tendencias para los momentos difíciles.
5.
Los sistemas de información (noticias,
periódicos…). Demasiado obvio para comentar nada.
Estas
son algunas de las representaciones del opio del pueblo, el cual es muy bonito
por fuera, pero que una vez enganchado a él, es fácil dejarse llevar y no
querer ni siquiera pensar y solo seguir enganchado a él para evadirse del mundo
que nos rodea.
El
problema, como siempre, es que una vez enganchado, la desintoxicación necesita
tiempo, valor y suele ser traumática, por lo que no todos son capaces de
dejarlo. Esperemos que al menos, poco a poco y con el trabajo de cada uno de
nosotros en nuestro entorno seamos capaces de influir lo suficiente para que
comience la desintoxicación. Sin ella, sin la reacción del individuo y de la
población no será posible el salir de esta crisis.
MASONERIA MIXTA.
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