El crecimiento de la población y sus componentes
A lo largo del s. XIX , se produce un aumento de la población en los países europeos motivado por el descenso de la mortalidad, así como por las mejoras en la sanidad y en la higiene tanto personal como en las infraestructuras, a todo lo cual hay que añadir una mejora en la dieta alimenticia .
En el caso de España, la población española creció aunque de una forma más modesta respecto al volumen alcanzado por otros países europeos. Este lento crecimiento se debe al mantenimiento de altas tasas de mortalidad y a la persistencia de mortalidad catastrófica.
Además este crecimiento demográfico no fue uniforme. Diferenciamos 4 etapas:
- Finales de s. XVIII hasta 1820: período de estancamiento demográfico. En estos años se sufren crisis de subsistencia, la guerra de Independencia y guerra contra Francia. Malas cosechas, crisis de mortalidad provocada por el tifus (1794-1795). Aparición periódica de factores negativos que impiden el crecimiento
- 1820-1860: crecimiento: aunque se produce sin cambios en la modernización agrícola y sin Revolución Industrial (excepto Cataluña y País Vasco). Por ello no se verá libre de crisis de mortalidad por guerras, crisis de subsistencia (guerra carlista, cólera, etc.)
Tampoco se pudo evitar la aparición periódica de crisis de subsistencia.
Los dos factores que permiten este crecimiento serán el aumento de la extensión de la superficie cultivada, gracias a la introducción del consumo masivo de nuevos productos (maíz, patata), y porque entre 1830-1860 se elimina la salida de españoles a América.
Además los cambios que la revolución burguesa introdujo en los sistemas de explotación en el concepto de propiedad, abolición de diezmos, procesos de desamortización, estimularon la expansión del cultivo en España.
- 1860-1900 Estancamiento, fuertes pérdidas en la población. Progresivo descenso del ritmo de crecimiento de la población , sobre todo por el inicio de un gran éxodo hacia América que reflejo la incapacidad de los recursos económicos del país asentados sobre las bases agrarias del pasado (con excepciones como Cataluña) para sostener una acelerada expansión demográfica.
- 1900-1930 Crecimiento y comienzo de transición demográfica
La emigración interna y externa
Junto con el aumento de la población se intensifican sus desplazamientos en una doble dirección:
Del campo a la ciudad, especialmente a las grandes ciudades (Barcelona, Madrid, Valencia, Bilbao) que crecen aceleradamente en el ultimo cuarto del siglo (Barcelona dobla su población).
Emigración a Latinoamérica, especialmente hacia Argentina, sobre todo en los ultimos años del XIX y principios del XX.
Si bien España posee una tradición emigrante relacionada, sobre todo, con su presencia colonial en América desde fines del siglo XV, no va a ser hasta él ultimo tercio del siglo XIX cuando se desarrolle en nuestro país una corriente emigratoria hacia el exterior cuantitativamente importante. El desequilibrio existente en España entre una población en crecimiento y unos recursos todavía insuficientemente aprovechados, así como la atracción ejercida por una serie de territorios ultramarinos que inician su despegue económico, fueron, entre otros, los factores que estimulan y propician dicha emigración.
El continente americano, y especialmente algunas de las jóvenes republicas que surgen al socaire del proceso de emancipación respecto a España y Portugal (Argentina, Cuba, Brasil, etc.), así como en menor medida Francia y su por entonces colonia de Argelia, son los territorios que mayor numero de españoles acogen durante el ultimo tercio del siglo XIX y el primer tercio del siglo XX.
Como resultado de este proceso migratorio, en torno a 1920 casi un millón y medio de españoles residían en países de Latino América, mientras que en Francia su numero en esa fecha ronda los 250.000 y en Argelia los 135.000.
La crisis económica de 1929 provocó un descenso de la corriente migratoria de españoles hacia el exterior, incrementándose a su vez el número de retornos.
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