domingo, 18 de abril de 2010

17. LOS GOBIERNOS DEMOCRÁTICOS, 1978-2000

1. Los gobiernos de la UCD
Una vez aprobada la constitución, las nuevas elecciones a Cortes generales las ganó la UCD. Pero las desavenencias internas de este partido, verdadera amalgama de personas, siglas e intereses personales, sin una base social, provocaron la dimisión de Adolfo Suárez el 29 de enero de 1981.
En vez de convocar elecciones, se propuso que el vicepresidente del gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, fuese el nuevo Presidente. El 23 de febrero, mientras se realizaba su investidura en las Cortes, se desencadenó un intento de golpe de Estado militar.
El teniente coronel Antonio Tejero ocupó el Congreso de los Diputados cuando se estaba votando la investidura del candidato a la presidencia del gobierno. Al mismo tiempo, en Valencia, el capitán general Milans del Bosch se levantaba contra la democracia y sacaba los tanques a las calles de la ciudad levantina.
Otro militar implicado, el general Alfonso Armada, junto con unos apoyos civiles no aclarados, pretendían establecer un gobierno con un militar al frente.
El Rey, en la madrugada del día 24, se dirigió a la nación. Compareció en televisión desautorizando el intento de golpe de estado y ordenando la rendición de los militares golpistas.
El golpe fue la consecuencia de que una parte del ejército no aceptaba la evolución democrática. Y se levantó con el objetivo de volver a una dictadura militar. Su derrota supone el fin del problema militar que se arrastraba desde el siglo XIX: la intervención del ejército en la vida política española acaba aquí.
Una vez acabada la intentona golpista, se detuvieron y procesaron a treinta y tres personas, entre ellas solo un civil.
2. Los gobiernos del PSOE
El triunfo electoral del PSOE en 1982 inauguró una etapa de gobierno, con cuatro legislaturas totales, que transformó profundamente España. En esta gestión se pueden encontrar sombras y luces. Positivas fueron la integración en Europa, la reforma laboral que estableció un nuevo marco de relaciones entre patronal y trabajadores, la ampliación de la educación y la sanidad a toda la población y el desarrollo del Estado de las Autonomías. En el balance negativo: la reconversión industrial, la crisis económica (crisis de 1973), el enorme endeudamiento del Estado derivado del gasto público descontrolado, dos huelgas generales que los sindicatos socialista y comunista (UGT y CC.OO respectivamente) convocaron contra un gobierno del PSOE, y ya en los años finales, la corrupción política que implicó a numerosos cargos públicos socialistas.
Felipe González, secretario general del PSOE, ocupó la Presidencia del Gobierno, mientras que su fiel escudero, Alfonso Guerra, fue durante muchos años Vicepresidente del Gobierno (hasta que dimitió por su implicación en un caso de corrupción política, con su hermano como principal acusado).
Durante esta etapa se consiguió que España fuera miembro de pleno derecho en la CEE. En 1991, la CEE firmó el Tratado de Maastricht que transformaba la Comunidad en Unión Europea y establecía una futura moneda única, el euro.
Al ganar las elecciones del gobierno del PSOE paraliza el ingreso de España en la OTAN, que había sido gestionado por Calvo Sotelo, y promete un referéndum para salir de dicha alianza. Pero a medida que transcurren los años cambia su posición. En 1986 se celebró el referéndum que salió favorable a la integración en dicha organización.
3. Los gobiernos del PP (1996-2004)
Tras su victoria en las elecciones legislativas de 1996 el Partido Popular alcanzó el poder en España y lo mantuvo durante dos legislaturas.
No obstante, en el primer período gobernó con el apoyo parlamentario de los nacionalistas catalanes (CIU), vascos (PNV) y canarios (Coalición Canaria), mientras que en el año 2000 ganó por mayoría absoluta
En política económica el Partido Popular consiguió algunos éxitos como pertenecer al grupo de países de la Unión Europea fundadores del euro o aprovechar la buena coyuntura económica internacional, si bien algunas medidas fueron muy criticadas como la privatización de empresas públicas (Telefónica, Iberia) y la liberalización de los mercados de gas, petróleo y electricidad.
La política interior se centró en la lucha contra el terrorismo de ETA, política que endureció cuando, después de declarar una tregua en septiembre de 1998, ETA asesinó a Miguel Ángel Blanco, militante del PP. Este suceso provocó una mayor unión de las fuerzas democráticas contra el terrorismo, lo que se denominó “el espíritu de Ermua”. Medidas como la supresión del servicio militar y la profesionalización de las Fuerzas Armadas contaron con el apoyo de la sociedad, mientras otras levantaron protestas, como la aprobación de la Ley de Extranjería.
La política social y cultural generó una amplia oposición. La búsqueda de la productividad produjo un empeoramiento en el tipo y condiciones de los contratos. Sin embargo, se conseguía sanear la Seguridad Social y se llegaba a un pacto por el mantenimiento de las pensiones.
La educación ocasionó un gran desgaste al ejecutivo sobre todo en su segundo mandato, por el deterioro de la enseñanza pública y por aprobar leyes como la de la calidad de la enseñanza o la ley de Universidades.
En política internacional, España se incorporó a la estructura militar de la OTAN en 1997 y dos años después participó en la guerra de Kosovo. El último gobierno de José María Aznar vivió varias crisis bélicas como la participación en la guerra de Afganistán o la intervención en la guerra de Iraq.
La falta de diálogo del gobierno ante las protestas multitudinarias en contra de la guerra de Iraq, la mala gestión ante el desastre ecológico del Prestige, el accidente aéreo de Yak 42 o la reforma laboral, entre otros, erosionaron al ejecutivo popular. Tres días antes de las elecciones, el 11 de marzo de 2004, se producía un atentado terrorista en los trenes de Madrid que costaba la vida a 192 personas. Las elecciones se celebraron en un ambiente de movilización social.

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